
LAS POZAS DE XILITLA: UN PARAÍSO SURREALISTA EN SAN LUIS POTOSÍ.
Fotos: Fundación Pedro y Elena Hernandez.
En el corazón de la Huasteca Potosina, entre la exuberante vegetación tropical de Xilitla, San Luis Potosí, se encuentra uno de los destinos más extraordinarios y únicos de México: Las Pozas. Este jardín escultórico surrealista representa la materialización del sueño de un excéntrico millonario inglés que transformó 80 hectáreas de selva subtropical en una obra de arte viviente.

Las Pozas nació de la imaginación de Edward James, heredero de una fortuna minera británica, poeta, mecenas del arte y coleccionista surrealista. En la década de 1940, James llegó a México buscando un refugio para sus orquídeas y quedó cautivado por la belleza natural de Xilitla. Lo que comenzó como un proyecto de conservación botánica evolucionó hacia algo mucho más ambicioso: la creación de un jardín fantástico que desafiaría las leyes de la lógica y la arquitectura convencional.

La construcción del complejo inició en los años 60 y continuó durante más de dos décadas, empleando a cientos de trabajadores locales bajo la supervisión de Plutarco Gastélum, de origen sonorense, compañero y brazo derecho de Edward durante la construcción del jardín, y quien, junto a su esposa Marina Llamazares lo volvieron parte de su familia acogiéndolo en su hogar.

Las Pozas alberga más de 36 estructuras de concreto que emergen entre cascadas naturales, pozas de agua cristalina y una vegetación selvática impresionante. Entre sus atractivos más emblemáticos se encuentran escaleras que no conducen a ningún lado, torres que se elevan hacia el cielo sin propósito aparente, arcos imposibles y puertas que se abren al vacío.

La «Casa de los Tres Pisos que Pudieran ser Cinco» destaca por su arquitectura imposible, mientras que el «Templo de Edward James» ofrece vistas panorámicas de este universo surrealista. La estructura más fotografiada es sin duda la escalera en espiral que asciende hacia las nubes, creando una imagen que parece desafiar la gravedad.

Más allá de su valor artístico, Las Pozas constituye un importante refugio ecológico. El sitio alberga más de 400 especies de plantas, muchas de ellas orquídeas que James coleccionaba apasionadamente. La interacción entre las estructuras de concreto y la vegetación tropical crea un ecosistema único donde el arte y la naturaleza coexisten en perfecta armonía.

Las pozas naturales de agua que dan nombre al lugar fueron formadas por siglos de erosión del río, creando piscinas naturales de agua turquesa que contrastan dramáticamente con las esculturas de concreto. Tras la muerte de Edward James en 1984, Las Pozas enfrentó años de abandono hasta que en 2007 fue adquirido por la Fundación Pedro y Elena Hernández, quienes iniciaron un ambicioso proyecto de restauración. Hoy, este Patrimonio Cultural de la Humanidad candidato por la UNESCO recibe a mas de cien mil visitantes anuales de todo el mundo que llegan para experimentar este encuentro único entre arte, arquitectura y naturaleza en uno de los rincones más mágicos de México.


