
Estudios Churubusco honran a Silvia Pinal

Los estudios cinematográficos, que muchos años fueran el hogar de la entrañable actriz Silvia Pinal, nombra un edificio de camerinos en honor de la diva del cine nacional, quien estuvo acompañada de su familia y de un gremio que se rindió ante su presencia y su trayectoria

En los Estudios Churubusco suceden grandes cosas y este jueves 29 de agosto hicieron honor a ese eslogan al otorgar el nombre de la llamada Última Diva del Cine Mexicano a un edificio de camerinos para honrar la trayectoria de una mujer que es referente del séptimo arte a nivel mundial y que vivió momentos de gloria en estos estudios al ser parte del star-system de la emblemática Época de Oro del cine nacional.

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero hay una mujer que sí lo es: Silvia Pinal. Y es que además del reconocimiento que recibió en 2022 en el máximo recinto cultural del país como lo es el Palacio de Bellas Artes, ahora, uno de los estudios cinematográficos más longevos de Latinoamérica, se rinden a sus pies y nombran un edificio de camerinos con su nombre.
La expectación por la presencia de una mujer cuyo apellido accionaba el grito de ¡luces, cámara, acción…!, se dejó sentir la tarde del jueves en el corazón fílmico de la Ciudad de México. Y es que la presencia de la actriz levantó suspiros e hizo que los estudios, al verla pasar, los invadiera la nostalgia al tener entre sus pasillos, de nueva cuenta, a una mujer que no sólo era cliente frecuente de la fábrica de cine más importante del país desde 1945, sino también el estandarte de un arte que colocó su rostro, su carisma y su enorme talento en cientos de películas que hicieron soñar a millones de espectadores con esa mujer de tierna mirada que parecía un ángel que bajaba del cielo bajo la dirección de su inseparable Luis Buñuel, un genio con el que hizo mancuerna y con el que colocó el nombre de México en los festivales más prestigiosos del mundo.

Pero La Pinal no llegó sola, detrás de ella venía flanqueándola su dinastía y ella no dejaba de sonreír y agitar la mano durante su trayecto. A su paso sólo había reverencias. Y es que sus vástagos han seguido sus pasos y colocado el apellido en alto gracias al empeño, las tablas escénicas y el camino propio que se ha forjado su primogénita Sylvia Pasquel; o la potente voz y la prolífica carrera musical de Alejandra Guzmán; además de su nieta Stephanie Salas, quien ha incursionado con éxito en la actuación y la música y regaló a esta estirpe a otras dos mujeres que siguen los pasos de la familia. La herencia de Silvia no sólo ha sido artística, sino también la vena de una dinastía que no está dispuesta a bajarse de los escenarios y esta tarde la acompañan con una enorme sonrisa que grita una sola cosa: Orgullo.
Silvia Pinal, la homenajeada, la gran actriz sobre la que se depositan todas las miradas, a la que le gritan “te amo” desde el público, a la que le han dedicado porras desde que llegó al lugar, la diva de divas, la leyenda viviente, dijo, con una voz llena de ternura: “Me siento muy querida por todos ustedes, me siento apapachada y conmovida. Hoy sólo quiero decirles que el corazón me late muy fuerte, me han regalado una tarde maravillosa y no olviden lo más importante de todo: ¡Que viva México!”.
